A la orilla del río, mientras tomaba agua, el monito escuchó los rugidos del yaguareté.
La única salvación estaba en cruzar el río, pero el monito no sabía nadar. Y el río era hondo a más no poder.
Ahí estaba, sin saber qué hacer, cuando vio que se acercaba el yacaré...
Muy bien ese dibujante!
ResponderEliminarBuenísimo!!!!
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